Signos de puntuación:
La puntuación de un texto es
un aspecto muy significativo porque cumple varias funciones: ordena las
diversas partes y organiza la información en capítulos, apartados y párrafos,
para facilitar la comprensión del escrito; delimita la oración y favorece la
cohesión textual; destaca determinadas frases e ideas; permite utilizar
diferentes estructuras sintácticas; genera efectos estilísticos; rige la
respiración durante la lectura en voz alta. Estas y otras funciones de los
signos de puntuación demuestran el modo en que pueden modificar el sentido de
un texto y, en consecuencia, la importancia de utilizarlos con precisión. Así,
la acertada organización del contenido a través de la puntuación será
fundamental para escribir un texto claro y coherente.
Aunque debemos tomar en
cuenta que no todos los signos poseen la misma función ni la misma importancia,
y que a veces hay más de una manera correcta de puntuar una oración, hay
ciertos errores que resultan inadmisibles.
El punto
El punto separa unidades
autónomas que integran un texto. Representa una pausa sintáctica superior a la
del punto y coma y la coma. Se escribe sin separación de la palabra que lo
precede y separado por un espacio de la palabra o el signo que lo sigue. La
primera palabra después de un punto empieza siempre con mayúscula (excepto
después de las abreviaturas).
Existen tres clases de
puntos, que delimitan distintos tipos de unidades textuales: el punto y
seguido, el punto y aparte y el punto final.
1) El punto y seguido (también llamado punto seguido)
Separa las oraciones
que forman un párrafo. Permite indicar que, en la secuencia siguiente, se
continúa tratando un mismo tema o se enfocan aspectos diferentes de una misma
idea. Después de punto y seguido se prosigue en el mismo renglón, o en el
siguiente si finaliza la línea, y sin dejar sangría.
2) El punto y aparte (en algunas zonas de América llamado
punto aparte)
Se utiliza para
separar los párrafos de un texto, es decir, las unidades formadas por las
oraciones que desarrollan un mismo núcleo temático. El punto y aparte es,
entonces, el que separa dos párrafos distintos, que suelen desarrollar, dentro
de la unidad del texto, ideas o contenidos diferentes. Después de punto y
aparte se continúa en el renglón siguiente, dejando sangría, es decir, un
blanco inicial en la primera línea del párrafo.
Además, el punto y aparte se
emplea en el diálogo, para señalar el final de las intervenciones de los
interlocutores.
3) El punto final
Indica la conclusión de un escrito o de una
división importante del texto, como el cierre de un capítulo, un apartado o una
parte.
Belluscio, Augusto C., Técnica jurídica para la redacción de escritos y sentencias, Buenos Aires, La Ley, 2006.
Hall, Beatriz, Ricardo Santoni y Mirta Stern, Comunicación verbal y escrita. Introducción a la expresión oral y escrita. Aspectos gramaticales, textuales y discursivos del discurso académico, Buenos Aires, L.E.U.K.A., 2000.
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